Llegó la mañana del día
siguiente, ambas princesas, junto con Marisol iban en su auto, y
junto con ellas, unas cuantas cajas con ropa y comida. Marisol
estacionó el auto frente a la casa, bajó y miró por unos instantes
la fachada de la casa, que si bien parecía abandonada, sabía que no
lo estaba por dentro.
—No puedo creer que compraras esta casa, está muy desgastada y en mal estado, puede que incluso el interior de esta esté plagado de insectos y de otras alimañas —Dijo Marisol mientras les abría la puerta del auto ambas princesas.
—Pues hasta eso no, está muy arreglada y es acogedora, incluso ya me he traído muebles y otras cosas aquí de la otra casa —Le contestó Erika.
—No me retracto de lo que he dicho, debiste de haber comprado una casa, no sé, nueva o si quiera en un mejor estado que esta —Le repitió Marisol mientras tomaba una caja y comenzaba a caminar a la casa.
—Salió muy barata, está cerca de mis amigas, no me quedará muy lejos la universidad, y, me sobró suficiente dinero como para poder reparar y hacer más cosas en la casa, y de hecho me sobrará todavía mucho cuando termine las reparaciones —Le explicó Erika, tomó una caja del auto y también se dirigió a la casa. Sofía cerró las puertas del auto, todas excepto una, sacó la última caja, cerró la puerta detrás de ella y se dirigió a la casa.
—No puedo creer que compraras esta casa, está muy desgastada y en mal estado, puede que incluso el interior de esta esté plagado de insectos y de otras alimañas —Dijo Marisol mientras les abría la puerta del auto ambas princesas.
—Pues hasta eso no, está muy arreglada y es acogedora, incluso ya me he traído muebles y otras cosas aquí de la otra casa —Le contestó Erika.
—No me retracto de lo que he dicho, debiste de haber comprado una casa, no sé, nueva o si quiera en un mejor estado que esta —Le repitió Marisol mientras tomaba una caja y comenzaba a caminar a la casa.
—Salió muy barata, está cerca de mis amigas, no me quedará muy lejos la universidad, y, me sobró suficiente dinero como para poder reparar y hacer más cosas en la casa, y de hecho me sobrará todavía mucho cuando termine las reparaciones —Le explicó Erika, tomó una caja del auto y también se dirigió a la casa. Sofía cerró las puertas del auto, todas excepto una, sacó la última caja, cerró la puerta detrás de ella y se dirigió a la casa.
Marisol abrió la puerta,
encendió la luz y se adentró en la casa, seguida de ella entró
Erika.
—En algo tenías razón, la casa se siente acogedora y cómoda —Le añadió Marisol mientras dejaba la caja sobre la mesa del comedor— ¡Vanessa, llegamos!
—¿¡Vanessa!? —Preguntó Erika al no recibir respuesta alguna —¡Vanessa! —Erika colocó la caja sobre el suelo justo en medio del pasillo y luego salió corriendo de allí en busca de Vanessa. Con desesperación comenzó a entrar a las habitaciones intentando encontrar a Vanessa, pero luego de haber explorado habitación tras habitación no la encontró. Corrió hacia las escaleras y las subió tan pronto como pudo, y cuando estuvo en el segundo piso comenzó a explorar las diferentes habitaciones —¡Vanessa! —Gritaba ella mientras recorría las habitaciones.
—En algo tenías razón, la casa se siente acogedora y cómoda —Le añadió Marisol mientras dejaba la caja sobre la mesa del comedor— ¡Vanessa, llegamos!
—¿¡Vanessa!? —Preguntó Erika al no recibir respuesta alguna —¡Vanessa! —Erika colocó la caja sobre el suelo justo en medio del pasillo y luego salió corriendo de allí en busca de Vanessa. Con desesperación comenzó a entrar a las habitaciones intentando encontrar a Vanessa, pero luego de haber explorado habitación tras habitación no la encontró. Corrió hacia las escaleras y las subió tan pronto como pudo, y cuando estuvo en el segundo piso comenzó a explorar las diferentes habitaciones —¡Vanessa! —Gritaba ella mientras recorría las habitaciones.
En segundos hubo explorado
todas las habitaciones de la casa, todas exceptuando una, la cual era
la última oportunidad de Erika de encontrar a Vanessa. Con sudor
corriendo por sus mejillas se acercó a la puerta al final del
pasillo, llevó su mano a la perilla y la giró, una vez que la
puerta estuvo abierta, con las yemas de los dedos de su mano
izquierda la empujó hacia el frente, revelando el interior de la
habitación. Marisol y Sofía llegaron detrás de ella corriendo, y
al mirar el interior de la habitación quedaron impactadas: Vanessa
estaba tendida de rodillas en el suelo, en una de sus manos tenía
unas tijeras, y en la otra, un enorme mechón de cabello. Había un
espejo frente a ella, y al ver reflejado en él a las otras tres
paradas frente a la puerta ella sonrió.
—¿Les gusta mi nuevo corte de cabello? —Dijo ella mientras se giraba y las veía.
—Por Dios santo, Vanessa, ¿Qué has hecho? —Le dijo Marisol mientras corría a su lado.
—Me corté el cabello, ¿acaso no lo hice bien? —Contestó ella. Marisol miró el enorme mechón de cabello que tenía en sus manos, miró a su cabeza y de inmediato notó algo: De un lado de su cabeza tenía una enorme coleta, del otro lado, solo unos cuantos cabellos sujetos con una liga rosa.
—Vanessa —Murmuró Marisol mientras se inclinaba sobre ella y la abrazaba.
—¿Les gusta mi nuevo corte de cabello? —Dijo ella mientras se giraba y las veía.
—Por Dios santo, Vanessa, ¿Qué has hecho? —Le dijo Marisol mientras corría a su lado.
—Me corté el cabello, ¿acaso no lo hice bien? —Contestó ella. Marisol miró el enorme mechón de cabello que tenía en sus manos, miró a su cabeza y de inmediato notó algo: De un lado de su cabeza tenía una enorme coleta, del otro lado, solo unos cuantos cabellos sujetos con una liga rosa.
—Vanessa —Murmuró Marisol mientras se inclinaba sobre ella y la abrazaba.
Erika entró en la habitación
y notó alrededor de Vanessa un montón de cabellos regados por todo
el suelo, todos ellos de Vanessa. Caminó hacia el espejo y notó que
este había sido quebrado, había fisuras por todo el espejo, y en
una de ellas, una mancha de sangre. Cuando se acercó a mirar con más
detalle la mancha, golpeó el espejo con su pie, y al hacerlo, miles
de fragmentos cayeron al suelo. Marisol levantó a Vanessa y la alejó
de allí, luego miró a Erika.
—Es peligroso estar aquí, llevaré a Vanessa a la sala, cuando terminen aquí también vayan —Les ordenó Marisol mientras se daba la vuelta y jalaba a Vanessa de la mano. Marisol salió de la habitación, dejando a Erika y a Sofía solas.
—¿Pero qué rayos le pasó a Vanessa? —Preguntó Sofía mientras miraba los fragmentos de espejo que cubrían el suelo.
—Todos tenemos una forma de lidiar con nuestras emociones y nuestros problemas. Ella tiende a ocultarlos, a resguardarse en su mundo, pero ahora que su mundo ha sido comprometido, no tiene lugar a donde ir. Sí, Rosa le enseñó a hablar de sus problemas con sus amigos y familiares, pero luego de lo que Ernesto hizo, toda confianza se perdió, es incluso sorpresivo que aún nos hable a nosotras luego de esto —Le explicó Erika mientras miraba hacia fuera de la casa por la ventana que había justo frente a ambas.
—Oye, ¿esto es sangre? —Preguntó Sofía mientras miraba algunos de los fragmentos del suelo.
—Sí, tal vez golpeó el espejo y se lastimo haciéndolo.
—Oye, vamos con Marisol, no hay que dejarla sola con Vanessa...
—Es peligroso estar aquí, llevaré a Vanessa a la sala, cuando terminen aquí también vayan —Les ordenó Marisol mientras se daba la vuelta y jalaba a Vanessa de la mano. Marisol salió de la habitación, dejando a Erika y a Sofía solas.
—¿Pero qué rayos le pasó a Vanessa? —Preguntó Sofía mientras miraba los fragmentos de espejo que cubrían el suelo.
—Todos tenemos una forma de lidiar con nuestras emociones y nuestros problemas. Ella tiende a ocultarlos, a resguardarse en su mundo, pero ahora que su mundo ha sido comprometido, no tiene lugar a donde ir. Sí, Rosa le enseñó a hablar de sus problemas con sus amigos y familiares, pero luego de lo que Ernesto hizo, toda confianza se perdió, es incluso sorpresivo que aún nos hable a nosotras luego de esto —Le explicó Erika mientras miraba hacia fuera de la casa por la ventana que había justo frente a ambas.
—Oye, ¿esto es sangre? —Preguntó Sofía mientras miraba algunos de los fragmentos del suelo.
—Sí, tal vez golpeó el espejo y se lastimo haciéndolo.
—Oye, vamos con Marisol, no hay que dejarla sola con Vanessa...
Ambas salieron de la
habitación y cerraron la puerta detrás de ellas, bajaron las
escaleras y fueron a la sala, allí se encontraron a Vanessa sentada
en el sofá, mirando como sus manos sujetaba el mechón de cabello,
Marisol estaba parada a un lado de ella, tenía las tijeras en una de
sus manos, mientras que la otra se encontraba acariciando la cabeza
de Vanessa.
—Llegaron.... Vanessa se lastimó la mano, ¿hay algún botiquín o algo así en la casa? —Dijo Marisol. Ella apuntó con su dedo índice una herida abierta que Vanessa tenía en su mano, de esta unas cuantas gotas de sangre salían.
—Sí, en la cocina, debajo del lavabo —Le contestó Erika. Marisol de inmediato salió corriendo de la habitación dejando las tijeras sobre la mesa de noche a un lado del sofá. Aprovechando la situación ambas se acercaron a hablarle a Vanessa.
—¿Te encuentras bien Vanessa? —Le preguntó Sofía.
—Sí, ¿por qué no he de estarlo? —Contestó ella mientras apretaba el mechón de cabello en su mano.
—Te cortaste la mitad del cabello y golpeaste un espejo con tu puño, ¿segura que estás bien? —Le añadió Sofía.
—Sí, sí lo estoy. Ahora, regresemos a cosas más importantes, ¿me veo bien?
—¡No, por su puesto que no! —Le contestó gritando Erika —¡No estás bien, tu cabello está horrible, y no, no podemos cambiar de tema!
—Erika... —Vanessa susurró al escuchar el tono agresivo con el que Erika le había hablado.
—Vanessa, por favor, no te hagas esto, no guardes de nuevo tus emociones, no dejes que esto te cambie la vida, no vuelvas a como eras antes, por favor, por nosotras... —Le rogó Sofía.
—Pero lo acabo de perder todo: perdí a unos de mis mejores amigos, a una de las personas que siempre se ha preocupado por mí; a aquella persona por la que luché y por la que decidí cambiar... los perdí a todos, perdí a mi familia... Perdí a todo el mundo... y ahora estoy sola... sola —Vanessa comenzó a llorar, y en reflejo a esto dejó de sujetar con fuerza el mechón de cabello llevando sus manos a su rostro, y al hacerlo, este se deslizó de entre sus dedos y cayó al suelo, regándose.
—Lo sé, lo sabemos, y puedes llorar cuanto puedas, pero no te desahogues contigo o con las demás personas, no te lastimes y mucho menos te culpes a ti misma por lo ocurrido; Además, no estás sola, ¿o qué?, ¿acaso nosotras no valemos? —Le preguntó Erika mientras daba un par de pasos hacia Vanessa, esta no dijo nada, solo miró, se quedó callada por unos segundos, como pensando en una respuesta. En un instante su rostro preocupado, triste y cansado se transformó en uno inexpresivo, un rostro blanco.
—... Tengo hambre —Murmuró Vanessa. Ella se levantó del sofá y caminó a la cocina, se quedó allí y no regresó.
—Mierda, está muy mal —Le dijo Sofía a Erika.
—Y que lo digas. Le tendremos que mantener un ojo encima, y si es posible, contactar con Rosa cuanto antes —Dijo Sofía.
—Sí, debemos de hacerlo lo más pronto posible, no podemos dejar que se ponga peor —Le finalizó Erika.
—Llegaron.... Vanessa se lastimó la mano, ¿hay algún botiquín o algo así en la casa? —Dijo Marisol. Ella apuntó con su dedo índice una herida abierta que Vanessa tenía en su mano, de esta unas cuantas gotas de sangre salían.
—Sí, en la cocina, debajo del lavabo —Le contestó Erika. Marisol de inmediato salió corriendo de la habitación dejando las tijeras sobre la mesa de noche a un lado del sofá. Aprovechando la situación ambas se acercaron a hablarle a Vanessa.
—¿Te encuentras bien Vanessa? —Le preguntó Sofía.
—Sí, ¿por qué no he de estarlo? —Contestó ella mientras apretaba el mechón de cabello en su mano.
—Te cortaste la mitad del cabello y golpeaste un espejo con tu puño, ¿segura que estás bien? —Le añadió Sofía.
—Sí, sí lo estoy. Ahora, regresemos a cosas más importantes, ¿me veo bien?
—¡No, por su puesto que no! —Le contestó gritando Erika —¡No estás bien, tu cabello está horrible, y no, no podemos cambiar de tema!
—Erika... —Vanessa susurró al escuchar el tono agresivo con el que Erika le había hablado.
—Vanessa, por favor, no te hagas esto, no guardes de nuevo tus emociones, no dejes que esto te cambie la vida, no vuelvas a como eras antes, por favor, por nosotras... —Le rogó Sofía.
—Pero lo acabo de perder todo: perdí a unos de mis mejores amigos, a una de las personas que siempre se ha preocupado por mí; a aquella persona por la que luché y por la que decidí cambiar... los perdí a todos, perdí a mi familia... Perdí a todo el mundo... y ahora estoy sola... sola —Vanessa comenzó a llorar, y en reflejo a esto dejó de sujetar con fuerza el mechón de cabello llevando sus manos a su rostro, y al hacerlo, este se deslizó de entre sus dedos y cayó al suelo, regándose.
—Lo sé, lo sabemos, y puedes llorar cuanto puedas, pero no te desahogues contigo o con las demás personas, no te lastimes y mucho menos te culpes a ti misma por lo ocurrido; Además, no estás sola, ¿o qué?, ¿acaso nosotras no valemos? —Le preguntó Erika mientras daba un par de pasos hacia Vanessa, esta no dijo nada, solo miró, se quedó callada por unos segundos, como pensando en una respuesta. En un instante su rostro preocupado, triste y cansado se transformó en uno inexpresivo, un rostro blanco.
—... Tengo hambre —Murmuró Vanessa. Ella se levantó del sofá y caminó a la cocina, se quedó allí y no regresó.
—Mierda, está muy mal —Le dijo Sofía a Erika.
—Y que lo digas. Le tendremos que mantener un ojo encima, y si es posible, contactar con Rosa cuanto antes —Dijo Sofía.
—Sí, debemos de hacerlo lo más pronto posible, no podemos dejar que se ponga peor —Le finalizó Erika.
La graduación llegó, Erika
y Sofía, junto con Marisol y su futuro esposo se encontraban
esperando fuera del teatro, en donde se realizaría la ceremonia de
graduación.
—Me siento triste —Le dijo Erika a Sofía.
—¿Por? —Preguntó ella.
—Bueno, pasamos tres años con muchas de estas personas, y de un día para otro los dejaremos a todos atrás y continuaremos avanzando hacia adelante, como si nunca hubiesen existido.
—Pero existieron, y dejaron marcas en nosotros, nos hicieron madurar y nos mostraron formas diferentes de ver la vida. No puedes decir que los dejaremos atrás como si nunca hubiesen existido.
—Eso sí, pero, piénsalo, luego de haber hablado tanto tiempo con ellos, haber pasado tantas cosas, simplemente dejaremos de charlar, dejaremos de verlos, quedarán en el pasado, y con mucha, mucha suerte tendremos la capacidad de hablarles de nuevo.
—No pienses así, seguirás viéndolos, no siempre, pero lo harás si es que realmente te importan, continuarán siendo tus amigos no importa que tan distantes se encuentren, siempre y cuando no dejes de hablarles cada vez que puedas.
—También te extrañaré a ti —Le añadió Erika.
—¡Pero estaremos en la misma universidad! —Le contestó ella. Erika se rió un poco y la miró.
—Me refiero a que extrañaré a la tú de ahora, a la joven e inmadura Sofía que una vez tuvo el sueño de que su padre se casase con Marisol.
—Las estoy escuchando —Dijo el padre de Erika mientras las miraba.
—Por eso lo dije —Le confesó Erika. Él se sonrojó un poco y miró a Marisol, quien le robó un beso en la mejilla, haciéndolo sonrojar aún más.
—Oye, ¿creen que vaya a venir? —Les preguntó Marisol a las dos princesas.
—No lo sabemos, tratamos de contactarla pero no contesta sus mensajes ni las llamadas, fuimos a verla hace dos días pero no nos abrió la puerta. Sabemos que aún sigue viva porque nos grita, y a veces nos arroja vestidos desde el segundo piso de la casa... Pero me siento muy mal por ella, realmente quisimos ayudarla pero no logramos hacer mucho por ella —Dijo Erika.
—Hicieron lo posible, Rosa nos lo dijo, la única persona que en este momento tiene la capacidad de ayudarla es ella misma. Si ella no se da cuenta de lo mal que está, entonces nunca podrá cambiar —Le consoló Marisol.
—¡Sofía, ven aquí! —Le gritó una chica a Sofía, quien se despidió de Marisol y de Erika y caminó hacia la chica.
—Me pregunto si los amigos de Vanessa están preocupados por ella —Se dijo a si misma.
—Por su puesto que lo están, son sus amigos, un amigo siempre estará preocupado por los suyos, siempre —Le contestó Erika. Ambas se miraron por unos segundos, una chica pasó a un lado de Marisol y de inmediato llamó la atención de Erika —¡Melinda! —Gritó Erika a la chica. Ella de inmediato se dio la vuelta, se encontró con Erika y sonrió, inmediatamente comenzó a caminar hacia ella.
—Erika hola, hace mucho que no nos veíamos —Dijo la chica mientras le daba un abrazo a Erika.
—Sí, no ha sido mucho tiempo, pero se siente como si hubieran sido meses.
—Cierto, ¿cómo has estado?
—Bien, quedé en la universidad que quería junto con Sofía, estamos emocionadas.
—¿En serio? Tuviste suerte, yo pasaré todo el día sola, yo fui la única que quedó en el turno vespertino.
—Encontrarás personas nuevas, no te preocupes.
—Eso espero, si no, veré si puedo cambiarme de turno.
—Oye, por cierto, ¿has hablado con Vanessa?
—¿Vanessa? No realmente, no desdé que ella dejó de ir a clases. ¿Has hablado con ella cierto, cómo está, se encuentra bien?
—No está tan bien como uno quisiese, sigue deprimida y no nos habla. Me da mucha tristeza el verla así luego de lo que pasó para tratar de resolver sus problemas con su familia.
—Es muy triste... Oh rayos, me tengo que ir, están llamando a nuestro grupo —La chica se dio la vuelta y corrió en la misma dirección en la que originalmente estaba yendo, Erika solo se quedó mirando.
—Parece ser que sí, están algo preocupados, pero no tanto como para ir a hablarle —Dijo Marisol.
—¿De qué hablas?
—Bueno, tu dijiste que sus amigos muy probablemente estaban preocupados por ella, y por lo que ambas acabamos de ver, no es del todo cierto. Sí, pude escuchar su voz cortada cuando le preguntaste por Vanessa, pero no pareció darle mucha importancia.
—Ojalá hubiese venido con nosotras, al menos hubiese pasado un poco de tiempo con sus amigas.
—Hay que darle su tiempo, recuerda que los amigos siempre esperan —Le finalizó Marisol.
—Me siento triste —Le dijo Erika a Sofía.
—¿Por? —Preguntó ella.
—Bueno, pasamos tres años con muchas de estas personas, y de un día para otro los dejaremos a todos atrás y continuaremos avanzando hacia adelante, como si nunca hubiesen existido.
—Pero existieron, y dejaron marcas en nosotros, nos hicieron madurar y nos mostraron formas diferentes de ver la vida. No puedes decir que los dejaremos atrás como si nunca hubiesen existido.
—Eso sí, pero, piénsalo, luego de haber hablado tanto tiempo con ellos, haber pasado tantas cosas, simplemente dejaremos de charlar, dejaremos de verlos, quedarán en el pasado, y con mucha, mucha suerte tendremos la capacidad de hablarles de nuevo.
—No pienses así, seguirás viéndolos, no siempre, pero lo harás si es que realmente te importan, continuarán siendo tus amigos no importa que tan distantes se encuentren, siempre y cuando no dejes de hablarles cada vez que puedas.
—También te extrañaré a ti —Le añadió Erika.
—¡Pero estaremos en la misma universidad! —Le contestó ella. Erika se rió un poco y la miró.
—Me refiero a que extrañaré a la tú de ahora, a la joven e inmadura Sofía que una vez tuvo el sueño de que su padre se casase con Marisol.
—Las estoy escuchando —Dijo el padre de Erika mientras las miraba.
—Por eso lo dije —Le confesó Erika. Él se sonrojó un poco y miró a Marisol, quien le robó un beso en la mejilla, haciéndolo sonrojar aún más.
—Oye, ¿creen que vaya a venir? —Les preguntó Marisol a las dos princesas.
—No lo sabemos, tratamos de contactarla pero no contesta sus mensajes ni las llamadas, fuimos a verla hace dos días pero no nos abrió la puerta. Sabemos que aún sigue viva porque nos grita, y a veces nos arroja vestidos desde el segundo piso de la casa... Pero me siento muy mal por ella, realmente quisimos ayudarla pero no logramos hacer mucho por ella —Dijo Erika.
—Hicieron lo posible, Rosa nos lo dijo, la única persona que en este momento tiene la capacidad de ayudarla es ella misma. Si ella no se da cuenta de lo mal que está, entonces nunca podrá cambiar —Le consoló Marisol.
—¡Sofía, ven aquí! —Le gritó una chica a Sofía, quien se despidió de Marisol y de Erika y caminó hacia la chica.
—Me pregunto si los amigos de Vanessa están preocupados por ella —Se dijo a si misma.
—Por su puesto que lo están, son sus amigos, un amigo siempre estará preocupado por los suyos, siempre —Le contestó Erika. Ambas se miraron por unos segundos, una chica pasó a un lado de Marisol y de inmediato llamó la atención de Erika —¡Melinda! —Gritó Erika a la chica. Ella de inmediato se dio la vuelta, se encontró con Erika y sonrió, inmediatamente comenzó a caminar hacia ella.
—Erika hola, hace mucho que no nos veíamos —Dijo la chica mientras le daba un abrazo a Erika.
—Sí, no ha sido mucho tiempo, pero se siente como si hubieran sido meses.
—Cierto, ¿cómo has estado?
—Bien, quedé en la universidad que quería junto con Sofía, estamos emocionadas.
—¿En serio? Tuviste suerte, yo pasaré todo el día sola, yo fui la única que quedó en el turno vespertino.
—Encontrarás personas nuevas, no te preocupes.
—Eso espero, si no, veré si puedo cambiarme de turno.
—Oye, por cierto, ¿has hablado con Vanessa?
—¿Vanessa? No realmente, no desdé que ella dejó de ir a clases. ¿Has hablado con ella cierto, cómo está, se encuentra bien?
—No está tan bien como uno quisiese, sigue deprimida y no nos habla. Me da mucha tristeza el verla así luego de lo que pasó para tratar de resolver sus problemas con su familia.
—Es muy triste... Oh rayos, me tengo que ir, están llamando a nuestro grupo —La chica se dio la vuelta y corrió en la misma dirección en la que originalmente estaba yendo, Erika solo se quedó mirando.
—Parece ser que sí, están algo preocupados, pero no tanto como para ir a hablarle —Dijo Marisol.
—¿De qué hablas?
—Bueno, tu dijiste que sus amigos muy probablemente estaban preocupados por ella, y por lo que ambas acabamos de ver, no es del todo cierto. Sí, pude escuchar su voz cortada cuando le preguntaste por Vanessa, pero no pareció darle mucha importancia.
—Ojalá hubiese venido con nosotras, al menos hubiese pasado un poco de tiempo con sus amigas.
—Hay que darle su tiempo, recuerda que los amigos siempre esperan —Le finalizó Marisol.
Poco a poco las familias
junto con los cientos de alumnos comenzaron a entrar en el enorme
teatro en donde se haría la graduación de los estudiantes. Marisol
le pidió a Erika irse con ellas, pero no podía, tenía que irse con
su grupo, esperó a que Sofía regresase y cuando lo hizo corrió
siguiendo a una chica.
—Tania, hola —Dijo Erika a una de las chicas que caminaban a su lado.
—¡Erika! Vaya, creí que luego de que nos arroyaste a todos con tus calificaciones no volverías a hablarnos —Dijo Tania quien le dio un abrazo a Erika.
—¿Qué? Eres muy mala... por cierto, ¡Tú sacaste las mismas calificaciones que yo! —Le reclamó Erika.
—Lo sé, oye, escuché algunos rumores... ¿Vanessa no se graduará no es cierto?
—Eso es lo que todos creemos, ¿por?
—Los rumores dicen que se le hará algo especial a ella.
—¿Algo especial? —Preguntó Erika.
—Tania, hola —Dijo Erika a una de las chicas que caminaban a su lado.
—¡Erika! Vaya, creí que luego de que nos arroyaste a todos con tus calificaciones no volverías a hablarnos —Dijo Tania quien le dio un abrazo a Erika.
—¿Qué? Eres muy mala... por cierto, ¡Tú sacaste las mismas calificaciones que yo! —Le reclamó Erika.
—Lo sé, oye, escuché algunos rumores... ¿Vanessa no se graduará no es cierto?
—Eso es lo que todos creemos, ¿por?
—Los rumores dicen que se le hará algo especial a ella.
—¿Algo especial? —Preguntó Erika.
Ambas cruzaron por unas
enormes puertas y llegaron a la sala, allí se encontraron con otras
cientos de personas, entre ellas, más de la mitad familiares de los
alumnos de la preparatoria. Ambas caminaron a lo largo de los
pasillos que había a un lado de los cientos de asientos puestos
frente al escenario, mientras caminaba, Erika pasaba su mano sobre
los distintos adornos floreados que adornaban los pasillos.
—Sí, algo especial. No tengo entendido bien qué es, sería bueno que le preguntases a alguien de su clase —Le añadió Tania.
—Sí, algo especial. No tengo entendido bien qué es, sería bueno que le preguntases a alguien de su clase —Le añadió Tania.
Ambas caminaron hasta donde
un hombre se encontraba parado, allí había otros alumnos quienes
esperaban ordenes del hombre para poder moverse.
—Por cierto, no será solo a ella, tengo entendido que también se hará algo por Ernesto, y por parte del director algo para todos aquellos que han tenido perdidas en estos años.
—Supongo que eso me incluirá a mi, ¿cierto?
—No lo sé, como dije, es solo un rumor.
—Oye, por cierto, ¿en serio hablarán de Ernesto? —Le preguntó Erika extrañada.
—Sí, también me parece extraño. De hecho ni si quiera recordaba a ese estudiante, no hasta que me explicaron quien era y que fue lo que le había pasado.
—¿Pero por qué a el? Por lo que sabemos huyó de su casa. No es que sea algo tan importante como lo que ocurrió con Vanessa.
—Eso es cierto, pero la verdad no tenemos la menor idea de lo que ocurrió, así que solo podemos suponer que fue secuestrado o lo asesinaron... aunque de hecho hay rumores muy plausibles rondando su desaparición, algunos dicen que él fue quien asesinó a la familia de Vanessa y luego huyó, incluso hay algunos que dicen que fue Vanessa quien lo mató luego de que ella asesinó a su propia familia, ¿Puedes creer esa estupidez? Incluso si tuviese algo de fundamentos, hubiese sido imposible que ella lo hiciese, ella no se encontraba en casa y hay personas que pueden corroborarlo —Erika sonrió nerviosamente al comentario final de Tania...
—Por cierto, no será solo a ella, tengo entendido que también se hará algo por Ernesto, y por parte del director algo para todos aquellos que han tenido perdidas en estos años.
—Supongo que eso me incluirá a mi, ¿cierto?
—No lo sé, como dije, es solo un rumor.
—Oye, por cierto, ¿en serio hablarán de Ernesto? —Le preguntó Erika extrañada.
—Sí, también me parece extraño. De hecho ni si quiera recordaba a ese estudiante, no hasta que me explicaron quien era y que fue lo que le había pasado.
—¿Pero por qué a el? Por lo que sabemos huyó de su casa. No es que sea algo tan importante como lo que ocurrió con Vanessa.
—Eso es cierto, pero la verdad no tenemos la menor idea de lo que ocurrió, así que solo podemos suponer que fue secuestrado o lo asesinaron... aunque de hecho hay rumores muy plausibles rondando su desaparición, algunos dicen que él fue quien asesinó a la familia de Vanessa y luego huyó, incluso hay algunos que dicen que fue Vanessa quien lo mató luego de que ella asesinó a su propia familia, ¿Puedes creer esa estupidez? Incluso si tuviese algo de fundamentos, hubiese sido imposible que ella lo hiciese, ella no se encontraba en casa y hay personas que pueden corroborarlo —Erika sonrió nerviosamente al comentario final de Tania...
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