11 sept 2014

Una razón ~Poema

"Un razón" es un pequeño poema que decidí hacer, sin una razón alguna más que intentar practicar un poco con las rimas (que, no saben como las odio).
Es tan solo la manifestación física, o bueno, literaria, de  algunas ideas que tenía en mente.
Realmente, sin dar más detalles, la historia narra la historia de un sujeto quien, un día, tras haber pasado mucho tiempo encerrado en una habitación oscura, una puerta que da al exterior y que había estado cerrada, se abre. Él decide asomarse, y lo que ve es un mundo completamente nuevo, y aunque piensa en salir, no lo hace, y una vez que decide eso, la puerta vuelve a cerrarse, dejándolo a él con la incertidumbre qué hubiese pasado si hubiese salido por esa puerta, qué hubiese pasado si hubiese tomado esa oportunidad...

Ahora sí, "Una razón", el primer poema que he escrito, y que, a pesar de ser el primero, no me quedó tan mal (y eso que todo lo que yo hago siempre digo que queda mal).



Una razón

No puedo seguir
No puedo huir
No puedo continuar
Pero no puedo parar

Un aire enviciado;
Memorias del pasado.
Todo eso se junta
y a mi me apunta.

El peso es mucho
y en desesperación me ducho.
No parece un fin haber
pero una luz aún se puede ver

Por un momento lo viví;
por un momento lo sentí.
Pude ver detrás de la puerta,
pero solo lo hice mientras estuvo abierta.

Como una mariposa
que es muy misteriosa
nunca más la volví a ver.
Yo quería en el tiempo volver.

No puedo seguir.
No puedo huir.
No puedo continuar.
Pero tampoco puedo parar.

Esa puerta nunca más se abrió,
y eso al borde me orilló.
Día a día en ello pensé
y así en volver a verlo dudé.

Había una forma de salir;
de aquella caja podía huir.
Y el nunca parar
me permitió así continuar.

Una puerta que no podía abrir
pero que siempre me hacía sonreír.
Algo bello había detrás.
Solo no debía de mirar atrás.

Tengo una razón de seguir;
y si bien no puedo huir,
y tampoco puedo continuar,
al menos puedo soñar.

Sonreí al verla
pero entristecí al no sentirla.
Aquella caja era oscura
y estaba llena de amargura.

No podía salir
de allí no podía huir,
Quería escapar
y así una vida encontrar.

Pero la puerta nunca se abrió
y de mi mal nunca me libró.
Con el tiempo todo empeoró,
y luego ya nada mejoró.

Ya no la esperaba,
ya nada me motivaba
Sin esperanza había quedado,
y de mi felicidad me había librado.

No podía seguir
No tenía a donde huir.
No podía continuar.
Ya no tenía razones para no parar.

La habitación más oscura se volvió.
La esperanza nunca revivió.
Un aire enviciado me rodeó.
Y un terrible recuerdo se creó.

Con mi vida acabar deseaba.
Con mi libertad yo soñaba.
Así hasta que eso ocurrió,
aquél momento en que todo se arruinó.

Maldecía aquél momento;
de haberlo visto yo me lamento.
Nunca debió de ocurrir
aquella puerta nunca se debió de abrir.

Sueños recurrentes yo tenía
pero eran pesadillas las que veía.
Aquella puerta se abría,
y yo siempre huía,
sin saber a donde salía
y a la caja yo volvía.

Una pesadilla recurrente
que me hacía despertar cruelmente.
Una ilusión de mi mente
cosa que odiaba diariamente.

No había razón de seguir.
No había como huir.
Ya no había porqué continuar.
Ahora ya podía parar.

En algún momento una oruga entró.
No se como ocurrió pero en mi cama terminó.
Día a día intrigado la miré.
Incluso hasta a su lado descansé.

Una mañana algo ocurrió,
en algo extraño ella se convirtió.
Una crisálida allí apareció.
En ese momento algo pereció.

Todos los días esperé
y a desesperarme comencé.
Al final la olvidé.
y de ella no mas cuidé.

Ya no podía seguir.
Nunca podría huir.
No hay razón de continuar
ya ni podía ni soñar.

La habitación seguía oscura
nunca pensé si quiera que fuese segura.
Nunca pensé en nada bueno,
todo allí dentro era veneno.

De vez en cuando la veía
muchas veces de un lugar a otro se movía.
No sabía quien era aquella extraña
se asemejaba mucho a una araña.

No sé que quería.
Muchas veces me veía.
No sé qué hacía
pero siempre me seguía.

"¿Quién era esa extraña?"
Preguntaba yo mientras veía a la araña.
Cuando despertaba siempre comida había.
¿Acaso era ella quien lo hacía?

Nunca me trató de hablar.
y mucho menos de alagar.
Ella solo hacía ese lugar aún peor.
Aquella cosa solo me daba temor.

Ya no me importaba seguir.
Ya no quería huir.
Ya no deseaba continuar.
Hace mucho debí de parar.

Durante mucho tiempo la puerta no vi.
a aquél lugar nunca volví.
Pero entonces un día lo recordé.
aquella cosa que en mi cama dejé;
Aquella oruga quien un día se apareció
en una mariposa frente a mis ojos se volvió.

Vi desde un principio como peleó
y así al final lo logró,
de aquél lugar ella salió,
y como mariposa ella volvió.

Sus alas azules ella aleteó.
Al mundo entero ella presumió.
Y con todas sus fuerzas ella voló
en contra de la puerta ella siguió.

Corrí en su auxilio al verla
no sabía como detenerla.
No pude ayudarla
solo pude mirarla.

De un solo golpe la puerta ella abrió.
Pero incluso los muros ella se llevó.
Y así todo se vino abajo
y todo con muy poco trabajo.

Los muros de mi caja desaparecieron
y en un montón de flores estos se volvieron.
Cientos de mariposas azules me rodearon,
y así todas a mi alrededor bailaron.

¿Qué era todo eso?
Un gran extraño suceso.
Por fin había salido.
al fin había podido.

Las mariposas seguían bailando
A mi alrededor seguían andando.
De un azul celeste eran ellas
esas mariposas eran muy bellas.

De un momento a otro todas se fueron
En un abrir de ojos todas desaparecieron.
Todas menos solo una.
Al menos no me quedé sin ninguna.

Seguía sin saber que ocurría,
aunque a todo eso no le temía.
Me sentía relajado.
Todo estaba muy calmado.

Ella seguía frente a mí,
como esperando algo de mi.
En muchas cosas pensé,
pero ninguna cosa logré.

No sabía como podía seguir.
No sabía si quedarme o huir.
¿Aún se podía continuar?
Sólo podía mirar.

¿Acaso era un sueño o algo más?
"No, de aquí en adelante esto es lo que veras."
La mariposa estaba sobre mi nariz,
parecía como si hubiese echado raíz.

Yo me quedé sin palabras,
como si mi lengua tu la amarraras.
Era imposible eso que ocurrió.
Eso justo no me sucedió.

No lo creía.
No lo entendía.
No sabía qué hacer.
No sabía cual era mi deber.

Eso no era posible
Nada de eso era plausible.
Las mariposas no hablan,
y mucho menos una charla entablan.

Ambos solos allí estábamos.
Callados únicamente andábamos.
Esperaba que ella volviese a hablar.
Esperaba de nuevo oírla cantar.
Pero eso nunca ocurrió,
aquél deseo nunca se cumplió.

No sé por cuanto tiempo.
Esto parecía más un cuento.
Por mucho tiempo esperé
y no tenía ni idea de a qué.

Pero sin importar cuanto pasara
el día no parecía que acabara,
No sabía qué pasaría
Y así por la eternidad me quedaría.

"Lo desconocido siempre da miedo
Y siempre lo vemos como un enredo.
Algo extraño y malvado;
algo bizarro y por siempre olvidado"

"Pero las cosas siempre son así;
las cosas siempre comienzan así.
Y hasta que alguien no de un paso
el día nunca obtendrá un ocaso."

"Frente a ti tienes el futuro,
y detrás de ti tienes una prisión de sulfuro.
Tu decides si das el paso hacia adelante,
o bien, si das un paso vacilante".

Ella me liberó de la caja.
Ella me liberó y me dio una ventaja.
Podría un paso adelante dar
o bien, uno hacia atrás para nunca regresar.

Siendo tan fácil yo lo dudé,
y durante mucho yo lo pensé.
Detrás tenía a una araña,
y adelante tenía a una extraña.

¿A dónde ir, qué hacer?
De la araña nada deseaba saber,
pero al menos sabía que no me haría daño;
mientras que la mariposa bien podría ser un engaño.

Frente a mí un campo de flores,
detrás de mí un campo de muchos dolores.
Una decisión muy obvia creo yo,
una decisión que ni mi "yo" mismo apoyó.
Me di la vuelta y hacia atrás caminé.
A los brazos de esa araña volveré.

Ella lo dijo y la puedo citar:
"hasta que un paso se de se podrá al ocaso invitar"
Y no seré quien de ese paso.
No quiero ser quien cometa otro fracaso.

Y así fue como me di la vuelta y ya no seguí.
Motivos para huir ya no conseguí.
Aunque lo deseara no había a donde continuar.
Al final ya no pude si quiera esperar.

"A la tristeza y al dolor nos acostumbramos,
se vuelven partes de nuestras vidas y los amamos.
Y las cosas así no deberían de ser.
Nada de eso deberíamos de retener"

"Pasamos tanto tiempo sin alegrías,
nuestras vidas en tristezas las volverías.
Te resignas a encontrar la felicidad,
y decides en su lugar abrazar a la maldad"

"¡Por supuesto que no harás eso!"
Gritó ella mientras me impactaba con todo su peso.
"No esperé tanto solo por esto.
Quiero ver que el primer paso lo des dispuesto."

Yo en el suelo estaba
y ella en el aire volaba.
Sentía su mirada penetrante,
mirada que me incomodaba al instante.

Tenía que dar el paso,
no podía no hacerle caso.
Ella me dio una oportunidad de salir,
y ahora con mi palabra debía de cumplir.

Me levanté y atrás de mí había una araña,
y justo frente a mí una gran montaña.
Creo que tenía mucho miedo
y por eso el porqué de ese enredo.

La puerta abierta de nuevo recordé.
Una vez más ese día viviré.
Recordaré lo hermoso que había sido,
y podré ver aquello que creí perdido.

Di un pequeño paso,
al hacerlo pude ver el ocaso.
Aquella luz blanca que caía del cielo
en una luz naranja se transformó y cayó al suelo.

Aún dudaba de sus intenciones.
No sabía cuales eran sus acciones.
Pero ella una oportunidad me había dado.
Ella me había salvado.

Hacía adelante tenía que seguir.
Podía hacerlo pero decidí no huir.
Siempre debía de continuar.
Y al final ya no sólo podía mirar.
...

Estuve solo o eso creía
pero al darme la vuelta allí la veía.
Creí haber solo caminado.
Creí haber sido abandonado.
Pero no había sido así,
ella se encontraba allí.

El camino difícil se volvió.
La tierra en lodo cambió.
Pero al menos solo no estaba.
Ella a mi lado se encontraba.

Durante mucho tiempo caminé,
aunque en ningún lugar terminé.
A lo lejos algo avistamos,
y al final ambos lo revisamos.

¿Qué era esa construcción
que hacia ella íbamos con gran emoción?
No teníamos idea de a donde nos encaminamos,
pero de igual forma nunca nos paramos.

Pregunté muchas veces a la mariposa.
Pero ella no sabía que era esa cosa.
Y aún así seguimos caminando.
Y a un destino incierto seguimos andando.

Solo había una puerta.
Solo una puerta que no estaba abierta.
Vimos si podíamos abrirla
pero solo pudimos mirarla.
Pensé en darme la vuelta,
y la mariposa no se hizo la muerta.
De inmediato me envistió
y de mi decisión me desistió.

Ambos esperamos allí durante horas.
"Tu nunca tu destino ignoras".
Dijo ella con su voz angelical.
Situación que me puso sentimental.

A pensar así comencé.
A llorar así empecé.
Ella a mi lado estuvo.
En mi hombro siempre anduvo
Nunca me abandonó.
Siempre me acompañó.

Pensaba que ella solo me usaba,
pero en realidad ella me amaba.
Protegerme ella quería;
amor por mi sentía.

No lo entendía pero lo sabía,
Ella a mi lado estar quería.
No sé si debía sentir lo mismo,
pero no quería caer al abismo.

Los días pasaron
y las cosas no cambiaron,
excepto el hecho de que amor sentí;
Amor por una mariposa yo viví.

Ella no lo sabía
que amor por ella yo sentía.
Y así lo escondí por mucho tiempo.
... Esto aún parecía un cuento

La puerta nunca la vimos abierta.
Esperábamos que no estuviese desierta.
No supimos por cuanto estuvimos,
y sin importar nunca nos fuimos

No me importaba esperar
con tal de a su lado estar.
Y parecía que ella sentía lo mismo;
ella lo deseaba asimismo.

"Sin importar lo que pase
mirar hacia atrás no se hace.
Si es necesario la abriré
Pero ten por seguro que no me lamentaré"

"Yo por ti todo haré;
Por ti todo viviré.
Contigo siempre esperaré,
y contigo hasta el final estaré."

Así el tiempo pasó,
y mi amor por ella no se apaciguó.
Cada día más la amaba.
Cada día más la deseaba.

Nunca tristeza mas hubo.
La felicidad siempre allí anduvo.
Juntos para siempre estar quisimos
Y nuestros corazones al final fundimos.

Yo la amaba al igual que a mí ella.
Nuestros sentimientos ya no estaban en una botella.
Por fin ambos juntos vivimos
unidos al final estuvimos.

No sé como era eso posible.
Ese amor era imposible.
Y aún así ocurría;
ese amor sucedía

Por la eternidad juntos estaríamos.
El final juntos compartiríamos.
Solos empezamos.
Juntos terminamos.

La soledad nunca se dio,
hasta que un día ocurrió.
Una mañana desperté,
y sólo allí me encontré.

Durante mucho tiempo la busqué.
Pero al final nunca la encontré.
De un momento a otro se había ido.
Mi corazón soportar no habría podido.

No sabía a donde pudo ir.
Y la desesperación comenzó a surgir.
Deseaba tenerla a mi lado.
El dolor era demasiado.

En la puerta abrir pensé.
En seguir adelante dudé.
Quería ir a buscarla
pero no quería abandonarla.
Ella me lo había dicho:
"Abandonarla ni en un capricho"

Cuando los días pasaron
y los rayos de luz pararon,
supe de inmediato que el fin había llegado.
Por fin a la desesperación me había entregado.

No sabía qué hacer.
Miré muchas veces el atardecer.
Ella nunca volvió.
Perdí la cuenta de los días desde que ocurrió.

Con el tiempo lo olvidé.
De un futuro feliz dudé.
En el suelo yo terminé.
Ya nunca más caminé.

Ya no veía razón para seguir.
Ni si quiera una razón para huir.
¿En serio debía de continuar?
Al final a la realidad dejé de mirar.

Los días un tormento se volvieron.
Las sueños en pesadillas cambiaron.
Aún a mi lado la deseaba,
pero solo era algo que esperaba.
Un sueño sin sentido;
Un deseo no cumplido

Cuando hacia atrás decidí caminar,
no muy lejos comencé a dudar.
Tal vez ella alguna vez regresaría,
y en ese lugar allí me encontraría.
No podía irme de allí,
y fue entonces que la encontré ahí.

En el suelo ella yacía.
No tenía ni idea de que allí la vería.
Al acercarme no sabía lo que encontraría.
Al verla no sabía lo que pensaría.

Ella sin vida se encontraba,
y rodeada de flores se hallaba.
Sobre un montón de pétalos descansaba.
Una inmensa tristeza yo pasaba.

No sabía qué hacer.
No sabía qué creer.
La promesa se rompió;
y mi corazón en tristeza se hundió.

Regresé a donde antes,
a donde una vez fuimos amantes.
Lo pensé durante un tiempo,
pero solo bastó un momento.

Aquél hierba de la que me había advertido,
de ella hube un poco conseguido.
Por un instante lo dudé,
pero de inmediato lo enmendé.
De aquella hierba yo comí,
y en ese momento mi vida decidí.

Mientras mis ojos se cerraban,
una luz a mis ojos alcanzaban.
Un aleteo se escuchó,
de eso una lágrima le siguió.

Un brillo azul apareció,
muy leve pero bien que se lució.
Ya era muy tarde para mí.
Fue allí en que todo lo perdí.

"¡Por favor no te vayas!"
“Mis sentimientos siempre hayas...”
... "Por favor sola no me dejes"
“Es momento de que te alejes...”
..."Contigo debí quedarme"
..."A tu lado debí estarme"

No sé que pasó.
No sé como terminó.
No sé que me llevó a esto.
Seguí un camino propuesto,
camino que no me llevó a nada,
ni si quiera a la felicidad esperada.

"No digas eso, sí encontramos la felicidad."
“¡En mis pensamientos hablar dejad!”
"Estuvimos juntos, ¿o acaso no contó?"
“Pero en tristeza al final se volvió.”
"Y todo siempre lo hace, así es la vida"
“Pero siempre deja una gran herida...”
"Sí, pero luego en una cicatriz se vuelve,
y en un par de segundos se resuelve."

“¿Por qué haces esto?”
"Porque quiero hacerte un gesto.
A la primera no puedes rendirte,
no debes simplemente irte.
Aún queda mucho por hacer,
mucho por conocer.
Aún queda mucho por querer;
y aún mucho por perder"

“¿Pero cual es el punto de ganar si perderé?;
¿Cuál es el punto de aprender si lo olvidaré?;
¿Cuál es el punto de amar si se irá?;
¿Cuál es el punto de vivir si uno morirá?"
“ ...¡Detente de una vez!
Tu ignorancia me parece una estupidez."
...

"¿De la muerte regresé y aún sigues así?
¿Acaso no quieres tenerme de vuelta a mí?"
“Si lo quiero, pero no puedo creerlo”
"¡Pues deberías hacerlo!"

Una gran luz pude ver,
y a ella volví a ver.
En cuanto en mis manos se posó,
mi corazón al de ella se unió.

Sentí su calor en mis manos.
Pero nuestros corazones estaban lejanos.
En un haz de luz ella se cubrió
y una vez más ella desapareció.
Yo no había muerto,
y ella no había vuelto.

Un dolor inmenso me llenó,
y mi felicidad en lágrimas cambió,
lágrimas de dolor y sufrimiento...
Un sentimiento tan fuerte y violento.

No lo había notado, pero la puerta abierta estaba,
y cuando por fin del sueño despertaba,
del suelo triste me levanté
y a la habitación al final entré.

En una habitación oscura terminé
aunque una vez juré que adentro no pasaré.
La puerta detrás de mí se cerró,
y por más que intenté nunca abrió.

La desesperación así volvió,
y la calma y el amor en miedo cambió.
Estaba una vez más encerrado.
Me di cuenta que nada había cambiado.

Todo era lo mismo
y mi mundo ni se agitó con el sismo.
La sorpresa no fue suficiente,
pero aún así me llevó la corriente.

La araña estaba allí,
y con sus ojos me miraba a mí.
El aire pesado era,
como si de neblina así fuera.

A la caja había regresado
y el dolor me había abrazado.
Solo pude hacer lo de antes,
y mis penas solo las pude hacer gigantes.

"¿¡Por qué había vuelto!?"
Una vez más la esperanza suelto...
"¿¡Por qué sigo vivo!?"
El morir es muy atractivo...

Dolor, tristeza y agonía,
ya no vivía la fantasía.
"¿Qué podía hacer?" No sabía.
"¿Intentar vivir?" No lo creo, no podría.

En una esquina me arrojé,
y allí mi final sentencié.
No había una mariposa allí dentro.
La felicidad en ningún lado la encuentro.

No, no tenía qué seguir.
No podía si quiera huir.
Ya no podía si quiera continuar.
Y la luz dejé de mirar.


Escondí mi cabeza entre mis piernas,
y como si se tratara de pesadas mancuernas,
nunca más la alcé,
el de antes no más seré.

Día tras día yo no me moví;
no sabía si quiera porqué yo viví;
porqué había nacido;
porqué la felicidad yo había recibido.

No recordaba mi pasado,
pero algo me había alcanzado.
De mí era algo aquella extraña,
algo que me hacía crujir la entraña.

No tenía idea de qué era,
y no quería que la sensación siguiera.
Sabía que me veía incluso escondido,
y de su vista escapar no había podido.

Me miraba.
Me observaba.
Siempre estaba quieta,
pero no era discreta.
Sus ojos brillaban,
y durante la noche bailaban.

De vez en cuando la miraba,
y cuando lo hacía ella se acercaba.
Eso me horrorizó y dejé de hacerlo.
Y así a su rostro dejé de verlo.

Tenía miedo de que se acercase;
tenía miedo de que me casase.
Y así al final dejé de verla.
Yo deseaba reconocerla.

Cada día yo la veía un poco,
y así se inundó de un olor a coco,
aquella habitación ya no era tan mala.
Algo de calma mi cuerpo exhala.

Sus pisadas se escucharon,
y aquellos sonidos me calmaron.
Cuando menos lo supe detrás de mi estuvo,
y la oportunidad de tocarme tuvo.

A ella en un momento escuché,
y en ese momento no entendí el porqué
pero su voz reconocí;
a ella antes conocí.

De inmediato la cabeza alcé,
a sus ojos la miré
y de un momento a otro la calma terminó,
y el odio y la frustración así reinó.

No lo entendía,
pero rabia yo sentía.
A todo lo que vi ataqué;
con todo lo que me encontré acabé.

Cosas arrojé,
y con la habitación acabé.
Pero no terminó allí.
Al darme cuenta y mirar detrás de mí,
ella se encontraba en el suelo...
Y así el olor a coco ya no huelo...

Me acerqué a ella y la miré,
su cabeza en mi dirección giré;
sus ojos se pusieron en mí,
y su mano en mi hombro sentí.

No lo entendí por ella tristeza sentí.
A ella en un instante yo perdí:
"Te perdono, ¿acaso tú me perdonas?"
"¡Claro que lo hago! ¡No sé porqué lo cuestionas!"

"Gracias, te lo agradezco"
"No, nada de eso yo merezco"
"Mi hora de partir a llegado.
Por tanto la he esperado.
Y has sido tú quien me la ha dado.
... Ya te habías tardado... "

"¿De qué hablas? ¡Te necesito!...
Yo no sé porqué pero lo admito...
Mucho mal te causé
y contigo muchas veces rosé.
Tengo que compensar lo que hice
Debo ser yo quien lo finalice"

"No sé qué planeas hacer, pero no lo podré ver.
Mi fin ha llegado y no hay nada qué hacer.
Y a ti te lo agradezco.
Gracias a ti por fin desaparezco...
Por favor sólo sonríe;
al destino yo desafíe;
por tu felicidad pelea;
y un final feliz siempre desea"

"Por favor no puedes irte,
tu calor quiero sentirte.
Una vez más abrazarte,
una vez más recordarte."

La levanté con mis brazos,
y como si hubiesen sido mil abrazos,
de felicidad se llenó mi corazón.
Pero en un momento las cosas cambiaron de dirección.

En un haz de luz me bañé.
En una luz blanca me encontré.
A ella poco a poco la perdí,
llegó un momento en que ya no la sentí.

Me encontraba hincado en el suelo.
Mis lágrimas parecían caer desde el cielo.
Seguía sin entenderlo,
no podía detenerlo.
La tristeza me llenó,
y el vacío solo quedó.

No estaba en la habitación de antes,
y aunque solo habían pasado unos instantes,
ya lo sabía,
de allí no saldría.

Solo estaba yo allí dentro.
Con una luz blanca yo solo me encuentro.
No hay nada a mi alrededor,
pero aún así siento mucho dolor.

¿Es que acaso nunca de la pesadilla despertaré?
Incluso como estoy, sus palabras nunca olvidaré.
Pero no sé como hacerlo,
no sé como conseguirlo;
y mucho menos estando aquí,
encerrado como un maní,
sin esperanza alguna de salir,
sin esperanza alguna de vivir.

Ya no sabía como lograr seguir.
No sabía si quiera como poder vivir.
Realmente deseaba continuar,
el amanecer volver a mirar.

Hincado en el suelo me mantuve,
sobre mis cansadas piernas me sostuve.
No sabía qué esperaba,
pero allí yo aguardaba.

La habitación blanca no tenía fin,
y aún así yo vivía en el confín.
No podía ir a ningún lado;
a una salida no podía haber llegado.

Cuando mi mente en blanco estaba,
cuando mis penas por fin pasaba,
algo frente a mis ojos sucedió,
una caja frente a mí apareció.

No me levanté si no que me arrastré,
y mirando al interior de la caja yo terminé.
Y cuando al interior de la caja yo miré.
no entendí qué pasó pero quieto terminé.

Un marco, un moño, y una botella;
un cigarro, una navaja y el anillo de ella;
¿Por qué recordaba estas armas silenciosas?
¿Por qué veía de nuevo estas cosas tan monstruosas?

No lo quería hacer,
no quería a eso de nuevo volver a ver.
Pero seguí sin entender,
y al final terminó por suceder.

Tomé el moño azul en mi mano,
y recordé a su antiguo dueño humano.
Un mechón castaño cruzó entre mis dedos,
fue allí cuando regresaron todos mis miedos.

En llanto yo estallé,
y el moño en el suelo dejé.
Las manchas de sangre de lágrimas se cubrieron,
y muy pronto en charcos rojos se volvieron.

¿Acaso era un castigo?
De ello yo fui testigo.
Su final yo presencié,
allí fue cuando la dejé.

En mis brazos murió ella.
Su vida desapareció en una centella.
Mis manos en su sangre se cubrieron,
y nuestras memorias en lágrimas se volvieron.

No sé cuanto pasó, no sé por cuanto lloré,
pero llegó un momento en donde ya no continué.
Sequé mis mejillas con mi suéter,
y el moño a la caja volví a meter.

Mientras metía el moño el marco toqué,
y de inmediato con el cristal me corté.
No quería volver a sangrar,
así que el cristal lo comencé a arrojar.

Una fotografía quedó al descubierto,
un mundo que creí una vez muerto.
Allí estaba la extraña parada,
a un lado de mí se encontraba apenada.
Tenía un vestido amarillo,
y en su rostro tenía un hermoso brillo.

Recordé en ese momento ese día,
ese momento en el que ella aún vivía.
Las fotografías no le gustaban,
pero aún así ellas no la paraban.
Con su hijo deseaba estar.
Con su hijo deseaba el tiempo pasar.

De entre mis dedos el marco resbaló,
y al suelo este terminó.
Me incliné y lo levanté,
pero detrás con algo me encontré.

"Lamento mucho lo que te hice
Y no espero que esto te tranquilice,
pero por tu felicidad yo siempre vi.
Por ti yo siempre viví."

Esta letra era de ella.
estas palabras eran de aquella doncella.
El día en que eso ocurrió,
el día en que ella murió,
fue el día en el que con ella decidí pelear;
La alegría y la felicidad yo decidí cambiar.

Me llené de frustración,
y en una pelea terminó la conversación.
Muchas cosas destruí,
muchas cosas perdí.

Ella de casa escapó,
y en una construcción terminó.
Una fuerte tormenta caía,
y todo eso en el momento justo pasaría.

En la tierra mojada terminó.
Con el cuello roto acabó.
El suelo debajo de ella se movió,
y ella por una colina descendió.
Contra rocas y arbustos se golpeó,
y el peor final se creó.

Yo fui quien causó su muerte,
Yo fui quien la dejó a su suerte.
Fui yo quien la llevó a ello;
fui yo quien le rompió el cuello.

El marco en el suelo dejé,
y mientras la fotografía tomé,
con mis dedos su rostro toqué.
En aquellos días una vez más pensé.

Con la botella me encontré,
los cigarros hallé
y la navaja visualicé.
Tres armas que una vez me lastimaron,
frente a mí de nuevo terminaron,
y una vez más me amenazaron.

En mis muñecas un montón de cicatrices,
recuerdos de días no tan felices...
Colillas de cigarros en mis bolsillos,
con todos mis dedos amarillos...
Mi ropa apestaba a alcohol,
de aquellos días que no tenía control...

Al principio temí,
a aquellos recuerdos volví,
pero de valor me armé,
y las cosas terminé.

Tomé la botella en mis manos,
y aunque fuesen hechas por artesanos,
al suelo yo la arrojé,
y en mil pedazos la dejé.

Tomé en mis manos los cigarrillos,
los partí a la mitad quedándome con los rabillos.
Por los aires las mitades volaron,
y al suelo pronto llegaron.

Solté las colillas y tomé la navaja.
La primera vez que la usé fue para una caja,
la siguiente vez fue para hacerme una taja.
De allí en cosas pesadas las cosas cambiaron.
Poco a poco las heridas mas profundas se volvieron,
y hasta que en al hospital llegué las cosas terminaron.

La navaja era pesada,
y aunque era eso lo que esperaba,
yo no lo quería así.
A mí una vez más volví,
con ambas manos la agarré,
y con toda mi fuerza la arrojé.

Regresé a la caja y a mirarla empecé.
Una vez más de nuevo todo revisé.
Allí muy solitario lo vi,
el pequeño anillo descubrí.

Una gema roja incrustada en él,
y un hermoso entalle color a miel.
Un brillante aro de plata,
que se ajustaba tan bien como una corbata.

Tuve miedo de tocarlo,
No quería volver a pensarlo.
Pero no podía detenerme,
ya no tenía miedo de caerme.

Aquél anillo de ella era,
de la última y de la primera.
Aquél día que la perdí,
fue el día que mi corazón morir sentí;
Fue el día en que mas la quise;
Fue el día que mas alegría le hice.
Pero también fue el día que más la odié
Fue el día en que olvidar desee.

Con la niña en mis brazos ella se me acercó.
Dio unos pasos y tan solo cayó.
Frente a mis pies ella terminó,
y aunque intenté ayudarla nada pasó.
La niña en mis brazos no me dejó.
Su cuerpo frío así lo evitó.

Mientras las sirenas se escuchaban,
y los pasajeros gritaban,
yo tocarla a ella intenté,
pero hacerlo no lo logré.
Pensé en el suelo ponerla,
pero no quería sola dejarla.

Me arrastré unos metros
pero ella quedó a centímetros.
Hice lo posible,
y al final lo vi visible.
Su mano toqué y su calor sentí,
pero fue poco el amor que viví.

Ya no escuchaba su voz
todo se había vuelto algo atroz.
Ella de este mundo partió,
y junto a ella me dijeron adiós.

Bajo la lluvia terminé,
y todo aquello lamenté.
Fue mi destino desde un comienzo,
la felicidad fue una mentira yo pienso.
La última tragedia que pasó,
y así el último día inició.

Las armas que me hicieron daño aparecieron,
y las risas y alegrías así cedieron.
Rodé sin fin por unas escaleras,
como si cayeses del Everest por sus laderas.
Y al final en este mundo desperté,
y en un momento a otro todo olvidé.

"¿Qué es este lugar?" Pregunté.
"¿Cuál era mi deber al estar aquí?" me cuestioné.
No recibí respuesta,
eso sí, apareció una luz molesta,
y como si una explosión se diese
la habitación blanca en ruinas cediese.

Fragmentos blancos cayeron,
y poco a poco mis recuerdos volvieron.
Ya no era una blanca habitación,
y todo allí llamó mi atención.
De vuelta en el bosque estaba,
aquél lugar donde ella habitaba.

Y como si de otro milagro fuese,
yo esperaba que ella allí estuviese.
Salí corriendo pisando los fragmentos,
y regresaron así todos los momentos.
Sin saberlo huía de mi pasado,
al fin felicidad había alcanzado.

No me importaba no verla;
no me importaba no sentirla;
y menos me importaba no escucharla;
pero eso sí, por siempre yo deseaba quererla.

En mi corazón ella un lugar se hizo.
Recuerdo como en sus manos mis dedos deslizo.
Creí que la vida había terminado,
creí que la felicidad había olvidado,
y entonces a ella la conocí,
y el amor una vez más lo viví.

Ella no me castigó,
en realidad mucho me enseñó.
Sin amor uno no puede vivir,
y esa es la única razón para poder sobrevivir.
Siempre estuvo allí ello,
pero siempre tuve miedo de aquello,
hasta que un día ella me lo mostró,
como el amor mi vida cambió.

Claro está que mucho dolor sufrí,
pero gracias a ello alegrías viví.
Tuve una razón de seguir,
una razón para poder vivir.

El amor parecía ser poco,
y las alegrías parecían que no lo eran tampoco,
pero otra era la realidad,
y fue mucho más de aquella verdad.

Y ahora tengo la oportunidad de volver a vivir,
a si bien a su lado una vez más no podré seguir,
al menos a vivir aprendí,
y un futuro bello descubrí.

Por el bosque seguía corriendo,
sintiendo bajo mis pies el suelo caerse.
Los árboles a mi alrededor en luces fueron cambiando,
y pronto en un mar de luces el bosque volviese.

Orbes blancos me estaban siguiendo,
parecía que todos a mi alrededor bailaban,
y aún así estando corriendo,
todos ellos me alcanzaban.

Eran tibios al tacto,
y cuando los olía a ella la veía;
sentí que con ella había hecho contacto.
Sus manos una vez más sentía.

Más y más luces me rodearon,
eran tantas que ya no podía ver más.
Los sonidos del bosque pararon,
y en un momento alguien dijo "De vuelta a tu mundo irás"

No lo entendí en ese momento,
y cuando sobre mi cabeza miré
volví a tener un sentimiento:
a ella una vez más observé.

Ya no era la pequeña mariposa,
y en su lugar era una mujer hermosa.
Ella flotaba sobre mi cabeza,
y la rodeaba un aura de belleza.

"El amor es el origen del mundo.
Tú lo volviste a encontrar.
Y aunque lo perdiste por un segundo,
una vez más lo volviste a hallar."
Ella me miró a mis ojos y sonrió,
y de esta forma todo mi cuerpo se estremeció.
"Sólo sigue amando,
y al final todos tus sueños terminarás alcanzado.
Muchas gracias por estar a mi lado,
... por siempre yo te estaré amando..."
Y con esas palabras ella explotó,
cientos de luces ella soltó,
y en un baño de lágrimas yo terminé,
en un abrir y cerrar de ojos de este mundo me alejé...

Cuando desperté escuché el timbre de la puerta,
salté de mi cama y corrí, como siempre la había dejado abierta.
Un ojo se asomaba mirando mi departamento,
y cuando supe quien era solo me llegó un pensamiento.

Abrí por completo la puerta y a ella la abracé.
"¡Te amo!" Yo le exclamé.
Sus mejillas rojas se volvieron,
y sus manos temblorosas se pusieron.
"¿Quieres ir a tomar un café?" Dijo tartamudeando.
Cuando dijo eso la terminé soltando.
"Yo debí de decir eso"
"...Mi amor por ti yo confieso"
"Debí de decir eso también"
En risas nuestro encuentro se volvió en un santiamén.
"No sé como nunca me di cuenta que te amaba."
"Estamos igual, y lo hice esta mañana cuando me bañaba"
"Eso no sonó bien"
"Tu declaración no lo hizo también."
Ambos nos reímos una vez más.
Mis manos temblaban, y sudaban además.
Nuestros ojos se toparon,
nuestras mejillas rojas se tornaron,
nuestros labios se tocaron,
y nuestras vidas así cambiaron...

...
Sigo recordándote todo el tiempo.
Nunca olvidaré ese momento,
en donde me dijiste que debía de amar para vivir,
y que de esa forma podría sobrevivir...
Muchas gracias por todo...
Siempre fuiste una sabelotodo...
Sé que te reíste,
Y por eso siempre mi amor fuiste.
Pero gracias a ti encontré a alguien más,
y sé que feliz estarás,
aún sin mí a tu lado,
porque por siempre un recuerdo te he dejado.
Ambos por siempre seremos felices,
y podremos reírnos de todas esas cicatrices.
Volvernos a ver nunca ocurrirá probablemente,
y nuestras vidas separadas terminarán finalmente.
Pero, antes de irte, déjame una vez más adiós decirte,
...muchas gracias por todo... ahora sí, puedes irte...

"¿Por qué miras al cielo?"
"¿Prefieres que mire al suelo?"
Ella a mi lado se sentó e hizo lo mismo,
ambos miramos hacia el infinito abismo.
"Aún me debes un café"
"Algún día, algún día lo alcanzaré"
"¿Alcanzar qué?"
"Nada, ¿por qué?"
"Estas loco"
"Y tú estás de estarlo muy poco"
"Y eso es porque me junto contigo"
"Al menos no soy tu amigo"
"¿Por qué dices eso?"
"Porque estarías peor te lo confieso"
"No entiendo"
"¿Y acaso crees que yo lo comprendo?"

Ella tomó mi mano y sus dedos cruzó,
ella a mí me miró,
y tímidamente habló
mientras sus labios mordió:
"... Te amo"
"¿Y crees que yo a ti no te amo?"
"Qué cortante"
Me quedé callado por un instante,
la miré a los ojos y sonreí.
"hay algo que hace mucho tiempo de hacer debí"
"¿Y eso podría ser...?"
"¿Mi esposa te quieres volver?"
"Por fin me lo preguntas, estaba por yo hacerlo"
"¿En serio estabas por pedírmelo?"
"¡Claro! Y sí, lo haré"
"¿Hacer qué?"
"¡Ser tu esposa!"
"Huy, qué cosa..."

Ella se me abalanzó,
a besos ella me agarró.
Al final ella me abrazó,
y ninguno más habló...

El amor fue la razón de vivir,
y el encontrarla fue mi razón de seguir.
Mi amor eterno por ella juré,
y así por siempre a su lado estaré...

Te debo una...
y espero que así la vida una vez más nos reúna.
Gracias de nuevo.
Tus recuerdos conmigo llevo...
"Deja de mirar el cielo y mírame a mí"
...A seguir viviendo gracias a ti volví...
"¿Me estás ignorando?"
Las cosas seguirán cambiando...
"¡Mírame!"
"¡Mejor dame un beso!"
"No, tú hazlo"
No estaré nunca más solo.
Y eso te lo debo todo a ti...
Cuando menos lo supe un beso de ella sentí,
su rostro me encontré
y una sonrisa me llevé.

...
Gracias... me salvaste...
Mi vida una vez más encontraste...
Gracias... por ti feliz seré
Y con ella a su lado viviré...

Puedo por siempre seguir
Y no tengo razón para huir.
Tengo todas las razones para continuar
Y por ella nunca podré parar...

FIN

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